empecemos por la atención, amable y rápida que muchas veces son cualidades difíciles de combinar. El ambiente es el esperado de una cafetería de un restaurante de cadena dentro de un Mall. La comida, que usualmente es buena, esta vez estuvo fatal. Pedí un sandwich cubano en pan flauta. Comenzando que el pan parecía que tenía mucho tiempo guardado en algún refrigerador o congelador y que lo recalentaron excesivamente en un microondas, lo que lo hizo chicloso con una textura nada agradable. El puerco igual, reseco y difícil de partir. El resto de los ingredientes no hicieron ninguna diferencia, salvo las papitas que si estaban buenas. Quizás se pregunten por qué no devolví el plato y básicamente fue porque tenía mucha hambre y poco tiempo, así que decidí comerme la mayoría del sandwich. Lo más seguro regrese pero no creo que pida este sandwich de nuevo, ojalá lo mejoren.