Fuimos a celebrar un cumpleaños. Me sorprendió la sencillez del decorado, nada q comentar q llamara mi atención. La comida, probamos varios platos, pulpo mediterráneo al carbón, corvina a la brasa, filete de ternera con raviolis, raviolis con langosta, paletilla de cordero, y de postre Tiramisu de bailes, q no le sentí el licor. Los sabores muy ricos. Las porciones, las acostumbradas para restaurantes gourmets, mínimas! Lo decepcionante es q pides pulpo para comer pulpo y te traen 8 trocitos de papitas con 4 mini rueditas de pulpo. De cortesía nos dieron una micro nano empanadilla ingeniosamente decorada.