Nunca nos decepciona, fuimos nuevamente por el desayuno chino y, como siempre, estaba llenísimo, tuvimos que esperar, por suerte menos de 10 minutos, lo genial que apenas te sientas pides y comes. La comida excelente, el wantón frito de camarones es delicioso y en fin todos los platos muy frescos y excelentes. El único pero es el tema de los estacionamientos, pues nunca hay, pero aún así, vale la pena, pues el desayuno chino es delicioso.