Este restaurante, nunca defrauda. De entradas, una focaccia Napoletana, Claudio (el toque se lo dan los pistachos), Cichetti Veneziani (espectacular), tartare Davide (vino con una pasta frita), Crocchette allá Gricia. De platos fuertes, pizza Paradiso con ese toque perfecto de aceite de trufas, Calamaratta alle Vongole, Risoto negro, Corvina del Marinalo y Ischia (trocitos de langosta con una pasta negra). Y para cerrar un Tiramisú, que estuvo simplemente delicioso.