Recientemente visité este restaurante y, lamentablemente, la experiencia dejó mucho que desear. La única persona que destacó por su amabilidad fue la señora María, quien manejó nuestra reserva con eficiencia.Sin embargo, una vez llegamos al restaurante, la situación cambió. Apenas nos entregaron la carta, en menos de dos minutos el personal ya nos estaba presionando para tomar el pedido, lo cual no nos dio tiempo suficiente para revisar el menú con calma. Aunque esto podría interpretarse como un intento de brindar un servicio rápido, en realidad resultó ser molesto.La atención fue inconsistente. No nos ofrecieron agua durante más de media hora, mientras que las mesas a nuestro alrededor, ocupadas después de nuestra llegada, recibieron agua inmediatamente y sin solicitarla. Este tipo de desigualdad en el servicio es inaceptable.Además, la entrega de los platos fue descoordinada. En lugar de servir todos los platos al mismo tiempo, llegaron de manera escalonada, obligando a unos comensales a esperar mientras otros ya estaban comiendo. Este descuido en la sincronización afecta negativamente la experiencia general.La calidad de la atención ha sido pésima en esta ocasión, y debido a estas deficiencias, dudo en regresar. Cabe mencionar que he visitado este restaurante en otras ocasiones y mi experiencia no había sido así.

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