Ni hablar de los helados, esos riquísimos como siempre. La atención o servicio al cliente de malo a pésimo (según el que te atiende y el ánimo que tiene)
Ni hablar de los helados, esos riquísimos como siempre. La atención o servicio al cliente de malo a pésimo (según el que te atiende y el ánimo que tiene)
Actualiza tu navegador para ver esta página correctamente. Actualizar mi navegador ahora