Te transportas al llegar, un sitio lleno de historia, belleza, magia, complicidad. Me quedo corta con las palabras y su ambiente. Atención dedicada y amable. Siempre con detalles que aprender, pero de seguro así será. La comida con mesa servida de lujo, cubierteria, platería. Todo a otro nivel. Sabores bien logrados por su chef francés. No se lo pueden perder. Este lugar y esta experiencia, no se cuenta, hay que vivirla ..!
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