Que lujo conocer este restaurante hoy. El señor Marlon nos atendió de manera super especial y nos hizo excelente recomendaciones. La comida insuperable, no se pueden perder de entrada la sopa de pata, de plato fuerte pedimos una corvina con brocolis que estaba divino y una costillas de cerdo deshuesadas al vino que estaban sencillamente exquisitas y para finalizar nos comimos una casatta riquísima. El ambiente es muy acogedor.