Tenia mucho tiempo sin visitarlos, pero me acerqué ya que su torta de zanahorias era de las mejores del pais. Pedí una porción, y con ella pedí un mocaccino. Debí saber que algo iba mal cuando la preparación del café comenzó en el microondas. En ninguna cafetería decente usan el micro para calentar agua. O al menos eso creí. Llegó el mocaccino sin sabor a café ni a chocolate. Era un agua sucia. Y ya. Esperaba que el dulce de zanahoria sacara la cara por el café, pero estaba seco y duro, parecía estar viejo en vitrina. Nada que ver con lo que recordaba. Lamentable experiencia, supondré que tuvieron un mal día.