Fui por primera vez almorzar con mi familia y amigos para celebrar mi cumpleaños y nos llevamos una grata sorpresa. Deliciosa la comida, pero el protagonismo quedó para las almejas (supremas!) y el tiramisú de cortesía para apagar mi vela (no he comido otro igual). La excelente atención en un ambiente vintage y muy acogedor hizo de la celebración un momento muy agradable y digno de repetir. Lo recomiendo.