Un lugar escondido en el Casco para disfrutar de comida fusionada con Panamá. El ambiente interno espectacular, grande, mesas cómodas para colocar comida a compartir, música en vivo y una excelente decoración. El espejo adelgazador en la entrada si ayuda, después de tanta comida. La ropa vieja, el ceviche, las almejas, etc... todo estaba muy bien sazonado. Quizá el acceso al llegar en auto complicado e intimidante por la zona, pero con Valet Parking se resuelve. Volveré.