TGI Fridays siempre es una opción segura para venir en familia, con tus amigos o compañeros del trabajo. Reconozco que nunca me gustó el cambio de estilo y decoración; porque le quitó la identidad con la que llegaron en los 90's. Tienen un buen menú, bastante amplio; pero lo que no me gusta es que lo varían con relativa frecuencia y eliminan platos muy buenos y te vez forzado a buscar nuevas opciones. La atención es buena; aunque un poco escasa y lenta, considerando el tamaño del salón y la cantidad de comenzales que asisten.