Comida
Servicio
Ambiente

Un local pequeño, de sólo 12 mesas, con buen uso del espacio. El tiempo de existencia del local no iba acorde con el estado del mobiliario, por lo que asumo que es intencionado para la ambientación/decoración, me pareció novedoso y positivo. Donde nos sentamos estaba el gancho vacío del extintor contra incendio, en una esquina alejado de la entrada. Seguramente quitaron el extintor porque los comensales se golpeaban con el, pero no es solo quitarlo, hay que recolocarlo en otro mejor lugar, es cuestión de vida o muerte. El servicio atento, cálido, servicial y oportuno. La comida con una bonita presentación, me encantó el uso de la ollitas. Pero. . . sin sal, sin sazón. Mi plato fue el chuletón, el dulzor de ron y raspadura debió resaltar lo salado del plato, pero que va, ni así, además no me tocó ni una pasita. Hasta los patacones estaban simplones sin sal y no se sentían frescos. Similares comentarios me dieron de la Ropa Vieja. De entrada se habían pedido torrejitas de maíz y nos gustaron. La comida panameña es de sabores sencillos para nada sutiles. En ocasiones no es fácil replicarlos con los sabores establecidos en nuestra memoria llenos de amor y alma en sus preparaciones. Tienen una responsabilidad muy grande al hacer comida típica, así que préstenle atención a la sal como potenciador de sabores, sin irse al extremo de lo salado. Y como broche de oro, no había postres. :(

Comida
Servicio
Ambiente
  • Ropa Vieja
  • Torrejitas de maiz
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