Este restaurante ofrece la auténtica comida china. Su menú es variado y si no eres muy fan del picante recomiendo siempre consultar sobre el plato a elegir (difícil explicar el grado de picor pero es bastante elevado). Me encantó el pollo picante y un factor a destacar es que mantienen la tradición del té caliente de cortesía así como las proteínas al centro de la mesa para compartir.