Ya habíamos comido en este lugar anteriormente y en esta visita encontramos que lo habían renovado y se ve más elegante sin perder su sencillez. El toque casero de la comida cubana lo mantienen. En esta ocasión pedimos las croquetas melosas de pollo y las frituras de malanga para compartir, muy sabrosas. De platos fuertes, el bistec uruguayo, la vaca frita y la ropa vieja. También los tostones mixtos rellenos, exquisitos!!! Fuimos atendidos por personal muy joven y amable. El menú es extenso así que hay donde escoger. Muy recomendado.