Siempre es un placer ir a Sushark. No te decepciona nunca. Atención excelente, ese día había un mago! El ambiente y la música calmos, se puede conversar bajo y no molestar a otros, eso para mí es muy importante. De entrada ordenamos buñuelos de plátano, muy ricos, pero nada de otro mundo. Ahora, pedimos también unos camarones tempurizados y esos si eran celestiales, una fiesta para el paladar. Luego seguimos con el Roll Apanado y también, excelente. Los productos se sienten frescos y preparados en su punto, sin condimentos exagerados, con toques sutiles de sabor. Y para finalizar, un tres leches con un toque de rum que me trasladó a mi niñez junto con las cerezas al maraschino que traía encima, pero que resultó una grata sorpresa en este postre tradicional. Voy a regresar todas las veces que pueda, y lo recomiendo con los ojos cerrados.