El lugar es pequeño y no cuenta con estacionamientos, por lo que con suerte podrás estacionar a orillas de calle. El sitio es acogedor, con un buen menú y precios accesibles. Mi esposo y yo degustamos algunos platos como su pulpo, empanadas de carne y sándwich y todo estuvo bastante normal, lo que más nos gustó fue la salsa de picante artesanal que incluso compramos para la casa. En cuanto a la atención, las comidas demoraron un poco y en lo personal tuve un pequeño inconveniente con la mesera, quién al pedirle algo y al parecer estaba abrumada, me respondió con un gesto sarcástico donde quiso ser amable pero no logró! Puede que regrese a curiosear más su menú, aún no estoy tan convencida…