Fuimos a almorzar un grupo de la oficina. El ambiente es realmente acogedor y hermoso. La atención es buena. Es un restaurante muy especial y diferente. De entrada probamos la berenjena con pico de gallo y humus: deliciosa! Podría estar acompañada de algun tipo de pan para degustarla mejor. De plato fuerte pedí el capellini con mantequilla de anchoas que tiene kalamatas y tartare de atun encima. Si te gustan las anchoas, lo recomiendo; a mí me encantó. Considero los precios altos y las porciones podrían ser más generosas, pero la ejecución de los platillos estuvo excelente. Un detalle a mejorar sería eliminar la gran cantidad de piezas de la vajilla que está astillada (la que tiene motivos italianos) ya que desluce la mesa de un restaurante tan lindo. Tienen valet parking incluído.