La llegada al lugar estuvo un poco difícil porque el valet parking no estaba en su puesto y habían carros detrás, o sea que tuvimos que seguir manejando. Una vez entras al local, la arquitectura y la decoración te envuelven en el pasado. Bellos los carros y otras antigüedades. El brunch estuvo bastante bueno, las tostadas a la francesa y los mini mercury. El parfait de frutos rojos estuvo un poco pequeño (la foto engaña) pero con bien sabor. Si van al brunch, asegúrense de llegar y pedir antes de la 1 de la tarde!!!! Al final del dia, la pasamos divertido aunque un el ruido bajó el nivel de la experiencia y el precio realmente es alto.