El restaurante tiene un menú basado en la cocina panameña pero reinterpretada. El ambiente es relajado con buena música y tonos cálidos. Pedimos un cóctel de bourbon con sirope de plátano maduro y mandarina ácida que estaba delicioso. La sangría es de las mejores que hemos pedido últimamente. Los sabores son definitivamente panameños pero elevados. Super recomendado!