Nuestra primera visita a su nueva ubicación fue una grata sorpresa. Con un local más amplio, más elegante y un menú ligeramente modificado que aún conserva sus platos insignias, La Cantina del Tigre nos dejó gratamente sorprendidos. El servicio impecable de Raúl y sus atentas recomendaciones fueron la cereza del pastel. Definitivamente volvería para probar otros platos que despertaron mi curiosidad.