Pedimos dos bistecs, uno picado con salsa y uno encebollado. Se probó el picado y estaba DURO, como suela de zapato, incomible. La encebollada se consumió terminando con dolor de muelas. Según la mesera, TODOS los bistecs son duros en Del Prado. Y que si queríamos carne suave, debimos pedir filete. Pongan esa reseña en el menú para ver quién va a pedir bistec. La servidora se llevó el bistec picado a la cocina. La cuenta llegó completa. Según el gerente, teníamos que haber hecho el reclamo al recibir el maldito plato. Así que el cliente es el que hace control1 de calidad, vinimos a comer a un restaurante, no a trabajar en él. La fama la ha mantenido por décadas: el peor servicio en toda la ciudad capital. Mensaje para el gerente de turno: usted es un completo imbécil. No culpo a la mesera, ella sólo siguió órdenes. Se le dió la propina completa.