En el menú dice que tienen pescado blanco, cuando pregunto cuál es, me dicen corvina (cuesta $19). Cuando me lo traen resulta ser dorado (al menos no fue tilapia o corvinata) y para colmo estaba cruda por dentro (como cuando descongelas el pescado en la sartén). Esto me pareció de muy mal gusto, como que te ven la cara de tonto, o quieren jugar más vivo. Por suerte los nachos de entrada salvaron un poco la situación.