El restaurante tiene un muy buen estilo, bastante diferente, un poco oscuro para mi gusto. la atención es personalizada y nos indicaron que la experiencia era ir pidiendo diferentes platos para compartir. El pan de la casa estaba muy bueno pero el plus para este pan es la mantequilla que es de otro mundo. luego pedimos unas gyozas de entrada, arroz con pulpo y un Duck roll con caviar y laminas de oro , este último full recomendado. En conclusión los platos son full creaciones, muchos ingredientes, muchas salsas, hay que tener cuidado con la secuencia de lo que se pide ya que un plato te puede empalagar para el siguientey asi!!