Llegamos a una hora algo concurrida, aunque el local no estaba lleno. La atención sólo para que tomarán la orden tardó uno 10 minuto. La entrada, ceviche aplacado tardó al rededor de 30 minutos en llegar a la mesa y si lo comparas con la versión que comesen Perú, definitivamente no valía la pena. El lomo saltado, plato insignia de Perú no era lomo, espera un bistec picado con algo de pellejo en salsa de soja con vegetales. Los patacones relleno de mariscos no tienen camarones, así que no los esperes en el plato y mejor pide los camarones rellenos de camarones, al cabo, la salsa es hasta mejor. No tenían chicha morada, pero la limonada de coco sabia bien, algo dulce, pero bien. El lugar tenía una linda y práctica decoración pero también tenía moscas adentro del establecimiento y los baños estaban algo sucios. La atención era lenta y nos dejó muchísimo que desear. 4/10.

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