Nunca me gustará el cambio de la decoración antigua y excesiva a esta más sobria y aburrida; pero en cuestión de gustos... Sobre el resto del ambiente, buena música como siempre; aunque el aire demasiado frío. El servicio muy agradable y atento; pero un poco lento considerando que más de la mitad del salón estaba vacío. La comida estuvo espectacular; siempre se luce. Lo único es que tienen una rotación muy alta del menú y no puedes volver a degustar algunos platos porque los sacan. Muchos no regresan porque su plato favorito ya no está disponible.