Fuimos un día y nos atendio un muchacho de maravilla, pensamos que era el dueño, es un lugar sencillo con pizas al horno bastante buenas. Pero al parecer ese día no estaban las dueñas , volvimos con muchas ganas de probar otras pizzas y fue una pésima experiencia, ya estaban otras dos personas que nos recalcaron de una forma muy grosera eran las administradoras y que el que nos atendió no tenía idea de donde estaba parado ( muy mal comentario ya que eso no se le dice a los clientes) . La primera vez al ir nos dieron unos precios errados, volvimos y pedimos lo mismo, no teníamos problema de pagar más, realmente nos parecía un buen emprendimiento el lugar y con buena comida y queríamos apoyarlos. A cambio recibimos un trato muy grosero como si estuviéramos rogando por algo y solo queríamos el precio pagarlo y disfrutar. Se que en otros países se habla de esta forma y les parece normal pero para mi familia no lo es. Lastima que en un negocio unos hacen las cosas excelente y atraen clientes y el resto se encarga de espantarlos. Si tienen suerte y estas chicas no están disfrútenlo.