Fui con mi familia y fue una decepción. Pedimos las lechugas rellenas de entrada (demoraron 50 minutos en salir) y el pato pekinés como principal. La salsa hoisin (de ciruelas) parecía diluida en agua, el relleno de las lechugas bastante ensopado. Con el pato pekinés, las crepes un tanto gruesas y el pato seco, los cebollinos no estaban frescos y estaban pegadas entre si. La sopa con un sabor ligeramente acido y el guiso picante… El servicio deficiente (solo 2 personas para todo el restaurante. Tuvimos que solicitar varias veces que se nos retiraran los platos sucios y solicitar varias veces que se nos dieran servilletas ya que las entregaban de una en una. No fue la experiencia que esperábamos y no creo que regresaremos a la sucursal de San Francisco.