Un lugar agradable y con parking, lo que es un plus para San Francisco. Los meseros muy amables y atentos. La comida es muy rica y el menú amplio. Probamos un par de cócteles como la margarita de hierbabuena y un fin tónico. Ricos. De entrada la bruschetta de mozarella y tomate, deliciosa, igual las almejas al ajillo. Los Gnochhis de langosta y vodka muy ricos, igual la pasta al limón y pimienta. El filete con romero y mantequilla también rico, la pasta marchigiana también sabrosa.
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