Hace un tiempo que queríamos probar este sitio. Al llegar los estacionamientos estaban todos ocupados, aunque dentro no estaba tan lleno como parecía. No sabíamos cómo era el sistema y demoramos un poco en entender la dinámica. Al ser estilo foodtruck hay que hacer el pedido y pagar y luego buscar la comida cuando está lista. El menú es de puras hamburguesas y sólo hay un plato de Sticky Fingers. Todas las hamburguesas estuvieron fabulosas y de buen tamaño. Las papás fritas que los acompañaban también estaban sabrosas, pero porciones responsables que varios de los que estábamos en la mesa no pudimos terminarlas. Con certeza regresaremos!