No se quedan cortos cuando dicen que tenemos que vivir la experiencia de visitar este lugar, la atención es demasiado amable, el chico y la chica del salón intentan resolver cualquier inconveniente, te ponen charla, te recomiendan, están pendientes, la comida es deliciosa, probé las costillas de la casa y no me decepcionaron, en cocteles el Diego es lo máximo y en postres la reina de chocolate, el ambiente es genial, tienen spot para fotos y los saloneros siempre te dicen que si a tomarte una y otra, definitivamente voy a volver.