Anoche fui con la familia y nos tocó un mesero que no tiene ni idea del protocolo de servir una mesa. Cuando pedí el plato principal, una entraña, no sabía que no venía con un acompañamiento. El mesero no lo dijo ni lo recomendó, que hubiese sido lo mejor. Cuando me llego el plato con solo la carne, le pido un platito de arroz; regresa y me dice que no hay. Pido papas fritas y otra copa de vino. Para no candarles, me comí el pedazo de carne, sin vino y sin papas y con mucho enojo. Ya se me notaba en la cara. El mesero se disculpó y me dio descuento pero el sinsabor de la experiencia aún la tengo en la boca. Una buena comida y momento arruinados por un pésimo servicio.