Cuando llegamos éramos los únicos. Si bien tiene una vista privilegiada no la aprovechan, está todo cerrado con vidrio y no se aprecia el mar, deberían considerar poner otro tipo de ventanales, sería un plus que cambiaría toda la experiencia. La comida deliciosa pero los precios demasiados elevados, se puede comer lo mismo en otros lugares de la ciudad, por eso pienso que se debe aprovechar la locación. El arroz de coliflor es de los congelados, lo sé porque el sabor lo delata. Buena música, preciosas las mesas, buena atención pero si no quieren desaparecer (se levantaron varios comensales al momento de abrir el menú, incluso ya estaban sentados) deberían considerar varios cambios para darle un giro atractivo al lugar.

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