Este es uno de los restaurantes icónicos de Panamá. Es la 2da vez que lo visito; la primera vez fue hace 30 años!! Pude constatar que la variedad y calidad gastronómica se ha mantenido, al igual que la impecable atención. Pedimos unas arañitas de entrada y de plato fuerte el robalo a la marinera con langostinos y marisco, fabuloso y de porciones muy generosas.
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