Ni siquiera pierdan el tiempo, restaurante completamente sobrevalorado en todos los sentidos. Comida mediocre y cara. En cuanto a la funcionalidad, deja mucho que desear, mesas muy altas y sillas muy bajas que hacen difícil alcanzar los platos para servirte. El lugar es muy ruidoso, casi imposible escuchar a las otras personas en nuestra mesa. Mucho show de auriculares de los meseros para comunicarse pero aun cuando no estaban llenos demoran en atender y la comida demoró en salir.