Fuimos a celebrar el día de la madre, desde nuestra llegada la atención fue formidable. La administradora Zuleyka nos recibió muy cálidamente y luego fuimos atendidos por Alexis. GENIAL! Ambos nos hicieron sentir como en casa. El ambiente es muy cómodo, tienen el área cerrada con aire acondicionado y afuera una terraza y un gazebo muy acogedores. Alexis nos hizo un recuento detallado del menú y su sugerencia de la langosta termidor fue insuperable. QUEEE BUENAS que estaban. Iniciamos con unas almejas muy ricas, luego pedimos unos ravioli de carne en salsa blanca, muy rico, un salmón con spaghetti al óleo, pero, debo decir, que las langostas fueron "donde murieron las palabras" que sabor tan delicado, su presentación impecable, y una porción generosa. Simplemente delicioso. Fue nuestra primera vez allí, pero definitivamente regresaremos para probar otras cositas que vimos interesantes en el menú

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