La comida es rica, las sodas artesanales también. Pedi el postre de galleta de red velvet y estaba bueno. La atención es pésima, la salonera nos atendió a las 7:30 y nos indica que contamos con dos horas de reserva, se entiende esa parte. Luego nos indica que no iba a poder prepararnos la pizza Kiki porque el horno recién lo habían encendido, demora en calentar y que no iba a dar en las dos horas para traérnoslo, lo cual como “restaurante capacitado”, no debe ser problema para el cliente. no he vuelto después de esa experiencia, de muy mal gusto