Llegamos para un brunch el sábado, pedimos 4 platos diferentes: un burrito especial, pancakes como Dios los quiere, tostadas con aguacate, croissant con salmón y huevo. La comida estuvo ok, nada impresionante pero tampoco mala. Todos acompañamos con café de especialidad, costoso pero bueno. El ambiente es acogedor aunque muy ruidoso por la cantidad de gente que entra en el salón, y el servicio estuvo normal, tampoco excelente. Estuvo bien para ir a probar.