Me encanta la comida libanesa porque siempre puedes armar combinaciones y probar un poco de todo. Con poquita hambre, pedimos un plato combinado Tripoli + una orden de Kibbe que compartimos entre 3. Respecto a la cantidad, estuvo súper bien, sin embargo la comida muy regular. Traía un arroz con lentejas que estaba de más y la ensalada no tenía nada de libanesa… Las margaritas de maracuyá muy ricas. El servicio es bastante lento y nos tocó un mesero que no conocía su menú y no supo darnos recomendaciones. En lo personal, no recomiendo este restaurante.