El ambiente es acogedor y tranquilo. Los platos con porciones moderadas. El servicio es bueno pero no el mejor., con sonrisas y preguntar si deseamos algo más hace que las cosas sean y sepan mejor 😊. Pedimos una lasaña que estaba muy rica pero hipercaliente, por otro lado una pasta a La Pescatore, la cual estaba buena. La copa de vino me pareció que estaba abierta de varios días.., no me apeteció pedir otra.