Empiezo por la atención del lugar, a pesar de que el personal es muy amable, no considero que son exactos al momento de servirte. Quieren atender a varios a la vez y a la hora de traer los platos no te dan ejemplo: la azúcar para el café, la mantequilla para el pancake, debes pedirlo…….esperarlo o en mi caso, me paré a buscarlo, sino se enfriaba el desayuno. La acústica del sitio no es buena, cuando está demasiado lleno es imposible conversar de manera amena y agradable. La comida en general es buena, aunque hoy me tocó ver que han cambiado la presentación de algunos platos y no para mejor. Es un sitio pet friendly pero habemos personas que no nos gusta comer en un restaurante y escuchar el ladrido de varios perros o como lo que me tocó presenciar hoy, llegó un cliente con su familia y un perro y lo sentó en el sofá donde todos los que vamos a comer nos sentamos. Esto no es higiénico para mi concepto. Hago la salvedad que hablo bajo mi perspectiva, respetando cualquier otra referencia o preferencia. En resumen siento que han bajado mucho la calidad de sus platos, cambian muchísimo de personal tanto de gerente como los que atienden. Me he encontrado gerentes y personal que allí trabajaban en otros restaurantes.