Inicialmente el lugar me sorprendió, pero rápidamente se volvió decepción. Parece más una discoteca. El lugar muy oscuro, la música demasiado alta por lo que apenas puedes conversar, la disposición de las sillas y mesas imposibilita la adecuada movilización. La comida...decepcionante. Pedimos una beef steak sandwich que aunque era grande, el precio a mi parecer, era exagerado sobre todo porque no hay nada impresionante en el sabor. La hamburguesa normalona y el pan quemado...igual, excesivo el precio para lo que es. La atención...regular. Demoraron mil años para traernos la comida y la bebida. ¿Regresaría? No la verdad.