El restaurante es acogedor y bonito, excelente para una velada, la comida tiene buen sabor, pero definitivamente las porciones son pequeñas. No vayas con hambre. En cuanto a servicio, pues no había agua para servir de la que viene del grifo, entonces la opción que nos dieron fue comprar una botella o no tomas agua. Los tragos saben bien y son equilibrados. La distribución de la azotea es un poco incómoda al tratar de acomodarse pero los asientos son cómodos
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