Un restaurante/cafetería con una tradición de antaño; pero sobre evaluado. La comida no es mala y de hecho tiene buen sabor; pero tampoco es espectacular. Los precios no van acorde con las porciones de cada plato. La atención deja mucho que desear como cuando estaban en el local original de la Ave. Justo Arosemena. En resumen, es una experiencia que no invita a regresar.