Fuimos un miércoles y el lugar estaba lleno, por lo cual es recomendable hacer la reserva previamente. La comida estuvo bueno, volvería por las papas trufadas y la dona de pistacho. El ambiente 10/10 muy bonito. Los personales son súper nice, pero lo malo era que la muchacha que nos tomaba el pedido no era muy atenta a nuestra mesa y atendía a otros que habían llegado después de nosotros… la llamaba cada rato y al final tuve que pedir a otro personal que me atendiera.

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