Creo que es la primera vez que visito este restaurante por casualidad y desde mi perspectiva tiene muchas cosas por mejorar. Con varios minutos de espera, finalmente un caballero me ofreció el menú y un vaso de agua (el sitio solo estaba ocupado por las mesas vacías, pero mientras se ocupan las sillas, veo que atiende a los demás comensales instantáneamente, será cuestión de suerte o estoy muy despeinado). Para ser sincero hablé con otro servidor quien presto más atención a mi presencia, solicite una lasaña de carne, espagueti de pollo y sangría. Para mi concepto no había equilibrio entre pasta, carne y salsa (la cual no era bechamel), la carne simple sin especias ni sabor, la sangría con brumos, el espagueti en salsa blanca con un punto de especies elevados que debes de balancear con el queso parmesano y el pollo simple. Y cuando pienso en haber terminado de comer, observo un vello incrustado en el borde del queso gratinado.

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