Cómo siempre excelente atención por parte de Claudio, el chef Amor, Raúl y el resto del personal. El ambiente muy bueno y lo más importante fue que la comida estuvo riquísima. Pedimos: huevos rotos, croquetas de jamón y de salmón, salpicón de camarones, gambas al ajillo, langostinos tempura, kampachi a la brasa( wao ), paletilla de Cordero (exquisita), y postre la torta vasca. Excelente todo, definitivamente recomiendo este restaurante.
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