El ambiente de este lugar es algo diferente, pequeño pero se siente acogedor, ver las peleas de sumo me recordo los tiempos en que disfrutaba ver videos del gran hakuho. Respecto a la comida, la limonada con toque de fresa estaba muy buena, el okonomiyaki y las croquetas de camaron recomendado. Sin duda volvere para probar otros platos y disfrutar de ese buen ambiente.