Éramos un grupo grande y pudimos degustar de varios platos de comida, la atención fue excelente por parte de Diego e Ismael. El ambiente ( salón privado ) muy bueno y acogedor y lo principal fue que la comida estuvo riquísima. Pedimos: pulpo, hongos al ajillo, papines, chorizo, empanadas, ensaladas, aguacate, almejas, langostinos, carne cowboy, ribs, carpaccio de salmón, pescado en salsa de pimienta negra y cócteles. Definitivamente, recomiendo este restaurante.
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