La entrada muy pintoresca con sus paredes de ladrillo y piedra antigua. El ambiente muy agradable excepto por la música bastante alta (tuvimos que pedir que le bajaran el volumen y no fue suficiente). El menú muy variado con gustos para todos. Pedimos el spaghetti Cacio e Pepe y estuvo fantástico! La pasta al dente, la salsa deliciosa y liviana y muy bien acompañada con la selección de vino sugerida. La pizza Margherita con pepperoni fuera de serie, la salsa fresca y la masa delgada y acompañada con un excelente pinot griggio. Recomendado!!! Vamos a regresar definitivamente.